La boda de Leonardo y Fernanda en Playa del Carmen, Quintana Roo

Luego me quedé solo con mis padres, porque los demás tenían que ir al lobby para esperar el transporte. Emiliano, nuestro fotógrafo, fue con ellos y ahí sacó las fotos de los invitados con Leo.

No estuve nerviosa en ningún momento, sólo feliz. El hotel nos había pedido que seamos puntuales, porque ellos no podían retrasar los horarios de las diferentes actividades marcadas durante todo el día. Nosotros les recalcamos muchas veces este tema a nuestros invitados, pero a pesar de eso hubieron algunos que llegaron tarde.

Antes de mi entrada, nos avisaron que solo habían llegado 2 niñas de los 5 que formaban el cortejo, pero de todas maneras comenzamos a la hora programada. No me estresé, ni dejé que los detalles me afecten. Estaba consciente que siempre hay aspectos que fallan en todos los eventos, entonces decidí disfrutar. ¡Y recomendaría a todas las futuras novias pensar así!

La ceremonia empezó a las 3 p.m., en la playa Huppa del hotel Bahía Príncipe Tulum. A pesar que tenía un poco de miedo que haga mucho calor por la hora, la locación quedó perfecta, ya que se sentía la brisa del mar y no fue sofocante. El clima estuvo hermoso.

¡La mayoría de detalles decorativos, los realicé yo!

Terminada la ceremonia tuvimos una hora de cóctel en la misma locación donde aprovechamos a sacarnos fotos con los invitados. Después los invitados pasaron a un bar del hotel, mientras nosotros tuvimos nuestra sesión en la playa. Si bien, ya hice una recomendación de Emiliano en su perfil, Wedding Media, de fotografía, quisiera recomendarlo nuevamente. ¡Las fotos que nos sacó están preciosas y además muy buena onda!

El complejo hotelero de Bahía Príncipe es enorme, hay carritos para llevar a las distintas locaciones, en nuestro caso teníamos carritos privados para el grupo, para cada locación.

La cena se realizó a las 5:30pm, en el restaurante Dolce Vita del hotel Bahía Príncipe Akumal. Nuestro paquete incluía una cena semiprivada, pero nosotros habíamos reservado otro restaurante. Hubo un error por parte del hotel en la reserva y se cambió de restaurante una semana antes de la boda. Debido al error el hotel nos ofreció una cena privada, entonces el restaurante estaba cerrado solo para nosotros. Si bien no fue el restaurante que habíamos seleccionado, pienso que quedó mucho mejor, ya que al ser privado pudimos poner música y fue mucho más íntimo. Recomendaría siempre que se pueda la opción de cena privada. ¡La comida estaba deliciosa! Nuestro menú fue: entrada calamares fritos, plato fuerte lasaña y de postre tiramisú. Nuestra torta de chocolate.

A las 7:30 p.m. terminó la cena, y como la fiesta comenzaba a las 8 p.m., esperamos con los invitados en el bar de la piscina, mientras repartimos algunos recuerditos. La fiesta fue en la playa Akumal. Tanto el restaurante, como el bar y la playa se encuentran en el mismo sector, entonces quedó muy cómodo para trasladarnos y ya no fueron necesarios carritos.

La fiesta arrancó con el brindis, nuestro primer baile y el vals. Toda la fiesta duró 3hrs, con barra libre. La pasamos muy bien, todos se divirtieron mucho. Repartimos tequileros de mármol, con el nombre de cada invitado. Lo mejor de la fiesta fue el embudo, del cual se tenía que tomar los tragos por una manguera. Lo recomiendo, fue un éxito jajaja.

Terminada la fiesta a las 11pm, teníamos un transporte hacia La Hacienda Doña Isabel, que se encuentra en el mismo complejo del hotel, y en las noches funciona como discoteca. Fuimos con todos los invitados que no estaban cansados todavía, para el after party.

Fue un día increíble, estábamos muy felices. Nos divertimos mucho y salió todo mejor de lo que queríamos. Todo el estrés de la planificación valió la pena, jaja, ¡amé mi boda!