La boda de Lucero y Adriel en Tampico, Tamaulipas
Vintage Invierno Blanco 3 profesionales
El 27/12/2019 178 0 0
L&A
27 Dic, 2019
La crónica de nuestra boda
Ese día gracias a nuestra coordinadora de eventos ya teníamos todo listo, no nos quedaba más que empezar a alistarnos.
Para ese día escogimos el salón de eventos Central Andalina, el cual tiene un estilo rústico tipo vintage, arreglado con flores por parte de Florezzia que supo resaltar la arquitectura del lugar sin cargar los espacios con flores excesivas, que fue algo que nos gustó de ellos.
Decidimos hacer la sesión de novios en el mismo jardín del salón ya que cuenta con un amplio espacio y está muy bien cuidado. La sesión estuvo a cargo de Diego Romero, que a pesar de un ligero retraso para la sesión llegó y cumplió con nuestras expectativas. Posteriormente, nos fuimos a la ceremonia religiosa, ella se fue en el auto clásico (Cadillac blanco muy bien cuidado en sus detalles) que rentamos y yo me fui por mi parte, íbamos bastante de prisa ya que nos habíamos retrasado un poco en la sesión. Sin embargo, llegando a la iglesia todo estaba perfecto.
La ceremonia se desarrolló sin ningún problema y los nervios se fueron calmando poco a poco. Ya de ahí nos fuimos los dos en el auto clásico de regreso al salón para la ceremonia civil que también fue en el jardín ya que de noche luce muy padre con la iluminación y la pequeña palapa que tienen ahí.
Seguir leyendo »La entrada al salón la hicimos ya cuando la mayoría de los invitados habían llegado. Para la entrada escogimos la canción Otras Vidas de Carlos Rivera, para la cual ensayamos un vals (aproximadamente 10 días antes) que era lo que más me ponía de nervios a mí, que no se me olvidara el vals.
Hicimos la entrada al salón dando la vuelta a la pista (la planner nos había dicho que lo hiciéramos tranquilos, lento, sin caminar a prisa) por los nervios literal parecía que íbamos corriendo.
Enseguida comenzó el vals y en un momento dado a los dos se nos olvidó por completo los pasos, así que tuvimos que improvisar y sin darnos cuenta ya habíamos acabado y los nervios se nos quitaron por completo.
El tiempo se pasó volando a partir de ahí, seguimos con el protocolo clásico (ramo, víbora, brindis, comida y baile) todo salió perfecto a pesar de pequeños detalles que nos pasaban inadvertidos si no era por la ayuda de nuestra weding planner.
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