La boda de Luis y Ana en Guanajuato, Guanajuato

La crónica de nuestra boda

Después de mucho tiempo de espera, por fin llegó el tan esperado día de la boda, a pesar de los contratiempos que tuvimos días antes del evento que nos dejaron un amargo sabor de boca: el novio estuvo a punto de tener un accidente automovilístico, nos robaron el licor para la fiesta, el clima estaba terrible, etc.

Por fortuna planeamos la boda por la noche, así que disponíamos de todo el día para afinar pequeños detalles, y a pesar de todo no estábamos nerviosos. la maquillista me preguntaba constantemente si estaba nerviosa, y realmente no lo estaba, lo parecía más ella. Hasta el momento en que me puse el vestido comencé a sentir algo de nervios, por no llegar tarde, porque no lloviera ese día, porque los padrinos llegaran en tiempo, etc. histeria total. Finalmente salí de casa con una hora de anticipación, con el temor de que uno de los mejores amigos de mi actual esposo llegara tarde por mí, pues él me llevaría a la iglesia, por suerte no fue así.

Llegando a la iglesia los nervios comenzaron a hacer lo suyo para ambos, tanto que entramos casi corriendo al altar. Terminando la misa nos sentimos un poco más relajados, y más al ver a nuestros familiares y amigos reunidos en una noche tan importante para nosotros. Para romper con la tensión, los amigos del novio decidieron decorar el auto con letreros y latas, situación que fue tanto cómica como vergonzosa.