La boda de Marco y Claudia en El Marqués, Querétaro
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M&C
04 Nov, 2017La crónica de nuestra boda
Desde el primer momento, supimos que iba a ser un día increíble. Muy temprano nos dirigimos al hotel en donde nos preparamos, ya saben el maquillaje, el vestido, el traje, etc. Durante el peinado y el maquillaje, uno se va mentalizando en todo lo que va a suceder en este gran día. Después, llegó el momento de ponerme el vestido y es cuando me di cuenta de que ya no había marcha atrás, que es el gran día y está sucediendo. Ya vestidos y peinados, tuvimos una mini sesión de fotos en el mismo hotel, cuidando no vernos sino hasta el templo. Yo preparé una carta y se la leí, fue un momento muy emotivo.
Después nos dirigimos al templo, cada uno por su lado por supuesto, y al llegar es cuando inicia la emoción; cuando ves a tus seres queridos llegar a ese momento que tú los has convocado, para compartirles el momento más significativo de tu vida. Ya en la ceremonia, me emocionó mucho ver a mis familiares, amigos y todas las personas que se tomaron el tiempo de estar ahí, acompañándonos. Todo sucedió tan rápido que no me di cuenta en qué momento ya teníamos que salir corriendo a la Hacienda.
Seguir leyendo »Tuvimos que correr a la hacienda, porque ahí fue la ceremonia civil y, no consideramos el tiempo suficiente y la programamos muy pronto. Nosotros llegamos algunos minutos tarde y la juez ya estaba algo presionada por la puntualidad, pero no contábamos con el tiempo que tardaran nuestros testigos, quienes demoraron más de media hora en llegar. Yo me encontraba súper nerviosa y presionada por la juez. Pero afortunadamente, la encargada de la Hacienda y el DJ hicieron una gran labor y convencieron a la juez de no irse y sí casarnos.
Ya casados por todas las leyes, se fueron todos los nervios y la ansiedad. A partir de ese momento fue pura diversión. Pasamos al salón de la Hacienda y cenamos, todo estuvo delicioso, incluyendo el pastel de postre. Después, abrimos la pista con el baile con nuestros papás, el cual fue muy emotivo. Más tarde, tratamos de pasar a cada mesa y saludar a todos nuestros invitados, tomarnos muchas fotos y entregarles un obsequio que les habíamos preparado. Terminamos con un buen rato de baile.
Finalmente, llegó la banda. Y concluimos con un gran baile con música sinaloense.
Definitivamente, fue el mejor día de nuestras vidas.
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