La boda de Mario Alberto y Jessica en Chihuahua, Chihuahua

Con tanta emoción que sentíamos no había nada que pudiera arruinar nuestro momento, posamos felices para nuestras fotos, que considero son los recuerdos invaluables a cualquiera le gustaría tener. Luego fuimos a casa de mis suegros en espera de nuestra boda por iglesia, jamás sentí nervios, solo ese día no podía parar de sonreír, sentía tanta energía como jamás en mi vida. Así se llegó el momento de ir a nuestra misa. Un amigo nuestro fue nuestro chofer y aún antes de llegar a la iglesia no nos habíamos aprendido los votos, los fuimos repasando de la casa a al templo

Ya en el templo mi papá afuera se veía feliz y entonces llegó ese tan esperado momento, comenzaron a entrar en fila las personas mientras mi amado ya me esperaba en el altar, tan lindo con una gran sonrisa que no podía disimular la felicidad que desbordaba. Mi papá me acompañó al altar y me entregó en manos de prometido.

Comenzó la ceremonia que fue como ninguna otra a la cual yo hubiera asistido, el padre la dedicó totalmente a nosotros y a contarnos sobre el amor que debemos tenernos y cuidarnos siempre, el templo estaba adornado con muchísimas flores ya que pocos días atrás fue el día de la Nuestra Señora de Guadalupe y nosotros nos casamos en el Santuario, así que nuestra decoración fue más que suficiente para la ocasión. Finalmente, el padre nos declaró marido y mujer.