La boda de Orlando y Victoria en Chiautempan, Tlaxcala
Elegantes Verano Dorado 3 profesionales
O&V
20 Jul, 2019La crónica de nuestra boda
¡Sueño hecho realidad!
Recuerdo ese día con tanto amor e ilusión después de 8 años y 10 meses de relación se me venía a la mente cada recuerdo desde ese primer beso que dio comienzo a nuestra historia a mis cortos 16 añitos. Todo ha sido tan perfecto y a la vez lleno de situaciones que nos ayudaron a darnos cuenta de que somos una pareja como todas las parejas reales, llena de altibajos.
Ese día comenzó para mi desde las 6 de la mañana. Mi hermana Gicela encargada de la maquillista me informó que no podría llegar ella a casa por situaciones personales y que tendríamos que ir nosotras hasta allá. Yo estaba terriblemente enojada, cómo era posible que la novia tuviera que trasladarse tan lejos. Pero bueno, no sabía de alguien buena en el momento, así que allá vamos. Y bueno, todo surgió bien (a excepción de que nos tocó tráfico en la carretera de regreso, pensé que tal vez esa era una señal ja, ja).
Regresamos a casa a las 12 pm y ya estaba la chica que se encargaría de mi peinado esperándome ¡y boom! en 40 mn estaba lista.
Seguir leyendo »Mi boda religiosa era a las 4 así que aún faltaba tiempo. Mi abuelita me hizo comer ya que según ella me iba desmayar, aunque debo admitir que no tenía nada de hambre, pues estaba super nerviosa.
Después de un rato, a las 2 aproximadamente comenzamos mi mamá y yo a ponerme el vestido. Ese fue el momento que me decía que no era un sueño, que realmente estaba pasando, que al fin me iba unir ante la sociedad a mi amado novio y sería el comienzo de una familia.
Tenía ganas de decirle que corriera hacia mí, que nunca había estado tan segura y que lo amaba con todo mi ser.
Los minutos se me hacían eternos. Veía a cada minuto el reloj y no avanzaba. Quería salir de casa para ya dirigirnos a la iglesia y que mi amor pudiera verme en ese momento. No me interesaba nada más que verlo y decirle "Te amo".
Por fin después de un rato salimos camino a la iglesia. Era tan emocionante ver a mi madre tan feliz, a mis hermanos, a los pajecitos, a la familia y amigos que estaban presentes para acompañarme al altar. Tenía esas lágrimas en los ojos de alegría, de tanta felicidad. Trataba de contenerme si no, tanto sacrificio del maquillaje iba a desvanecerse. Cuando íbamos de camino recuerdo que caminaba tan rápido que todos me decían que fuera un poco más despacio por los niños así que lo intentaba.
Cuando al fin llegamos, lo vi. Mi corazón latía de una emoción inmensa. Mi amor estaba en la entrada de la iglesia, esperándome con una ilusión y amor, la cara que yo esperaba ver. Me sentí tan feliz cuando nos vimos a los ojos. Recuerdo que ambos teníamos ganas de abrazarnos tanto, sin embargo, nos mantuvieron separados hasta entrar al altar. Llegando ahí nos tomamos las manos fuertemente porque sabíamos que jamás queríamos volver a separarnos.
La ceremonia llena de amor, gracias a Dios, que vislumbraba nuestra unión fue simplemente hermoso. El prometernos, cuidarnos y entendernos por el resto de nuestras vidas, estábamos felices pues es lo que ya estábamos haciendo y queríamos seguir haciendo con la bendición de Dios y de nuestra familia e invitados. Ese mismo día nos casamos por lo civil, llegamos corriendo al salón donde haríamos la promesa ahora con la ley. Todo marchó bien. Algunos invitados bromeaban que estábamos casados ahora sí por las tres leyes. Los excelentes deseos a nuestra nueva familia fueron lo que más nos reconfortaba.
Cuánta razón tenía mi abuelita. A esa hora tenía mucha hambre, ya estaba más tranquila y mi estómago también, así que los meseros hicieron su entrada y comimos.
Se ofreció una comida de 2 tiempos y estuvo deliciosa, después fuimos a saludar a nuestros invitados. Ahora pedía a Dios el tiempo no avanzara tan rápido. Apenas y nos había dado tiempo comer, después se dio paso a nuestro primer baile, la canción que elegimos fue "All of me" de John Legend. Mientras bailábamos nos reíamos porque él pisaba mi vestido y tratábamos de hacerlo lo mejor posible ya que no habíamos tenido tanto tiempo para ensayar.
Y así continuó la fiesta. Fue emocionante aventar el ramo. Recordé cuantas veces yo me levanté y ahora me tocaría aventarlo. Mi esposo la corbata cuando bailamos la vívora y yo tenía miedo de que los hombres fueran muy bruscos y lo lastimaran y él también tenía miedo de que me lastimara. Nada de eso ocurrió.
Uno de los mejores bailes fue el que es tradicional en Tlaxcala Xochipitzahuatl donde antes a los novios se les entregaban cosas tradicionales para empezar su matrimonio un metate, un petate, un molcajete, escoba, comal de barro y otros que se bailan entre los invitados para abundancia en el nuevo matrimonio.
Todo fue maravilloso para ambos. Nos encantó nuestra boda y aunque hubo uno que otro detalle siempre estuvimos felices porque sabíamos que es solo una vez que te casas por primera vez y estábamos conscientes de que nos casamos por amor y queríamos disfrutar hasta el último rato de la boda bailando y siendo felices, sabedores de que al final del día los que siempre estaríamos juntos seríamos los dos construyendo una nueva familia.
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