La boda de Orlando y Yolanda en León, Guanajuato
De noche Invierno Dorado 5 profesionales
O&Y
03 Nov, 2018La crónica de nuestra boda
El día de boda inicio a las nueve de la mañana, mi mamá haciéndome el ultimo desayuno favorito. Con mis hermanas, mamá y suegra en mi casa listas para el maquillaje y peinado, y aun cuando le dedicas tiempo y mucha planeación siempre habrá algo fuera de tu alcance. Por ejemplo, 15 días antes de la boda mi vestido lo modificaron mal y de urgencia se mandó a pedir otro vestido de mi talla para hacer los mismos ajustes. En 15 días parecía imposible tenerlo, pero gracias a dios mi vestido llegó s mi casa el mismo día de la boda a las 11, o sea, por poco no tenía mi vestido de novia y para mí fue el primer mensaje de que todo iba a salir muy bien.
La misma fue donde mi mamá se casó y mi hermana, fue en El Inmaculado y tuve la suerte de que había hora disponible y fue a las 3:00 de la tarde, sin embargo, meses atrás la fachada tenía andamios y no sabíamos cuando los iban a quitar, ¡por milagro una semana antes ya no estabas! Era muy, muy feliz porque sabía que Diosito me estaba ayudando para que todo saliera muy bien, y este fue el segundo mensaje.
Seguir leyendo »Yo nací el día 9 de junio del 90, y en cada cumpleaños me acompaña la lluvia, como también en mi bautizo, en mi primera comunión, en mi fiesta de XV años y para cuando todos no quieren que llueva: en su día de la boda. Yo lo deseaba, ya que la lluvia me recuerda mucho a mi abuelo que murió cuando yo tenía 13 años, y ya que siempre ha estado presente en días tan importantes en mi vida, y así fue…
El día de la boda fui la primera en estar lista, tocaron la puerta y me tocó atender y era Ademir, nuestro fotógrafo, y fue cuando supe que era el tercer mensaje que me mandaba Diosito para saber que siempre iba a estar con nosotros. El momento llegó, llegué al templo con mi papá y fue ahí donde me encontré con Orlando. Nuestro deseo fue vernos por primera vez frente al altar, y así fue. Orlando lloró al verme, y yo también lloré. Esa sensación aún me sigue poniendo la piel chinita.
El Joaquín, quien casó a mi hermana y deseamos que impartiera la ceremonia, lo hizo único para nosotros y fue un momento hermoso. Antes de la eucaristía le canté a mi esposo una canción que se llama “Mi principio y mi fin”, me aguanté las ganas de no llorar y lo hice.
Después de finalizar la ceremonio nos fuimos a la sesión de fotos con familia, damas y padrinos, ¡estuvo super divertido y hermoso! Luego nos fuimos al salón (Hacienda Del Refugio) para la boda al civil. Lamentablemente, iba a ser en el jardín con una iluminación en los árboles muy bonita, pero llovió mucho y era imposible que se celebrara ahí, así que parte del equipo del salón nos acomodó muy lindo en el segundo nivel del salón, donde puso mesas e hicimos el brindis al estar legalmente casados.
Bajamos al vestíbulo a recibir a todos los invitados y fue cuando vimos detalladamente el gran y hermoso trabajo de la decoradora, a quien recomiendo muchísimo. Llegaron los invitados y nos fuimos a nuestros puestos para hacer la entrada como esposos. Arriba en las escaleras estaba uno de cada lado, bajamos y nos encontramos en el descanso, llegamos a la pista juntos y empezamos a dar la vuelta bailando la canción de “Casi Humanos” de Dvicio.
Llegamos a nuestro lugar y les dimos las gracias a todos, en seguido se sirvió la cena en 3 tiempos. Los platillos los contratamos con El Refugio y, la verdad, que delicia de comida, y la presentación super original y profesional. Finalizando la cena se les mostró un video a los invitamos contándoles nuestra historia desde el inicio: cómo nos conocimos, cómo fuimos novios, cómo me prepuso, cómo éramos cada quien y al final un mensaje para todos.
Abrimos la pista con nuestra canción “No hay nadie más” de Sebastián Yatra, pero al momento de iniciar el coro de la canción se pausó (me dio el mimisqui, pensé que se había corta la música y que había una falla con el DJ, ¡pero no! Orlando inicio un baile sorpresa con dos bailarines, ¡y bailó super bien! Todos gritaron y todos no lo podían creer que se animara a hacer eso.
Cuando terminó el baile sorpresa continuamos con nuestro vals y todos aplaudieron, el DJ dejó caer las mariposas y lo terminamos con un besote. Luego bailé con mi papá y Orlando con su mami, luego con los papás y mi abuelito y, por último, las hermanas y padrinos. Y ahora sí, inició la pachanga. Bailamos muchísimo, nos subimos al escenario y báilanos como si fuera un concierto.
¡Quedé fascinada con cada persona que contratamos para el gran día! El momento del ramo llegó y quería algo diferente a la víbora de la mar, así que mi concuño nos diseñó un soporte largo con una cajita arriba donde pusimos el ramo y le colocamos muchos listones; se lo ganó mi sobrina de 14 años.
Se abrió la mesa de dulces y ensaladas y seguía el baile, hasta que en la última hora del salón llegaron los mariachis. Mientras todos bailaban con nosotros, algunos ya se sentían cansando y se iban despidiendo de nosotros, y poco a poco se fueron todos. Los últimos en irse fuimos nosotros con mi familia, eso fue a las 4 am. ¡Y así fue como llegó el final de ese día tan deseado! Muchas gracias por abrir este espacio para volver a vivir y a recordar.
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