La boda de Ramón y Nicte en Ciudad Madero, Tamaulipas
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R&N
14 Oct, 2017La crónica de nuestra boda
Eran las 6:10 de la mañana del 14 de octubre del 2017 cuando abrí los ojitos, desperté con muchos sentimientos encontrado, pero sabía que tenía que estar tranquila y disfrutar al máximo este día. Debo confesar que soy una persona muy ansiosa, que me irrito con el mínimo detalle, pero ese día me propuse vivirlo al máximo, así que me levanté tome café y empecé hacer el itinerario de lo que nos faltaba, teníamos casa llena, un día antes había llegado la familia de fuera así que todos comenzaron a despertar y a preparar el desayuno. Yo empecé a armar los floreros que se utilizarían como centros de mesa, era solo ponerles las flores y el agua, pero si me llevó algo de tiempo. Ramón también ya andaba muy activo preguntándome que tendría que hacer él, lo notaba algo nervioso, él se encargaría de llevar los centros de mesa y a que arreglaran el auto, por mi pasaría a las 12:00 Celeste, una de mis damitas para irnos a maquillar. Eran las 11 cuando salí corriendo a bañarme. Ramón salía para el salón, ahí nos despedimos y nos dijimos nos vemos en el altar, nos dimos un beso y un abrazo y emocionados cada uno por su lado. Me dio la hora y Celeste ya estaba afuera esperándome en el carro, salí apresurada con un sin fin de cosas, entre ellas el vestido ya que me cambiaría en un hotel. Le pedí a una prima que se encargara de mis hijitas y partí para ponernos guapa. Llegamos 12:30 a la cita de maquillaje y peinado, me atendió una niña súper linda y amable la cual le expliqué lo que quería, ella a la perfección me entendió, un maquillaje cargado con colores vivos, yo no había tenido prueba de maquillaje por lo que iba temerosa, pero sus manos fueron mágicas. Nos dieron las 3:30, ¡sí! 3 horas sentada, pero me sentía tan hermosa. Salimos corriendo rumbo al hotel, ahí llegaría Aura, otra de mis damitas y mi mejor amiga, ella me ayudaría a cambiarme ya que mi mami estaría desde el cielo echándome porras. Primero llegué yo y después ella, se veía guapísima y súper contenta, nos divertimos como nunca. Primero batallamos con las fajas, no sé si fueron los nervios o que si subimos algunos kilitos que nos las metimos con calzador, después la tiara me la terminó de acomodar con el velo. De repente me llegó un mensaje de Gerardo, un amigo que me llevaría a la iglesia, ya estaba abajo esperando, así que recogimos lo necesario y salimos disparadas. Para bajar las escaleras nos quitamos las zapatillas, el hotel era pequeño con tres pisos, pero sin elevador, íbamos risa y risa, pero por dentro tenía unos nervios, al bajar una señorita en recepción me pidió tomarme una foto, creo que iba contagiando a la gente con mi felicidad. Nos subimos al carro y partimos, llegamos a las 6:00 en punto, ya estaba ahí Ramón y parte de nuestra familia y amigos, bajé del carro y mi papá se acercó a mí para poder entrar a la iglesia. El padre nos explicó cómo deberíamos entrar, dejamos que todos avanzaran para después empezar a caminar rumbo al altar, durante el trayecto volteé y vi a unos tíos muy queridos que nos habían dicho que no asistirían porque mi tío tenía mucho trabajo, ya después supe que tuvieron toda una travesía, pero ahí estuvieron. Cuando mi papá me entregó me aguanté las ganas de llorar, sabía que si lloraba no pararía, así que respire y contuve el llanto. Ramón tomo de mi mano y me susurró al oído “te ves hermosa” yo sonreí, empezó la misa y el tiempo se me hizo nada, las palabras del padre creo que fueron perfectas, la música con violines, el ambiente lleno de amor. Terminó la ceremonia y empezamos con las fotos aproximadamente unos 15 minutos porque salimos corriendo a la sesión que tendríamos ya como esposos y con mis damitas, estuvimos más o menos unos 45 minutos, primero fueron las fotos con las chicas, Denisse, Celeste, Haydee y Aura. Poco a poco se fueron yendo, la única que se quedo fue Aura quien estuvo ayudando. Terminamos y nos dirigimos a la recepción, cuando llegamos ya estaba esperándonos el maestro de ceremonia para darnos instrucciones de cómo entraríamos. Afortunadamente nos tocó una persona súper amable, que en todo momento estuvo al pendiente. Llegó el momento para entrar y aun siento que llegábamos con nervios. Entramos y al ver a todos parados aplaudiendo felices hizo que se me erizara la piel, llegamos al centro delante de la mesa de honor ahí nos paramos, dijeron unas palabras y fue el comienzo de una noche increíble única e inolvidable para mí, los invitados empezaron a pasar para darnos el regalito y tomarse la foto, posteriormente se anunció el vals, nosotros escogimos la canción de “Por eso Te amo” de Río Roma fue un momento muy especial. Ramón y yo nos veíamos, sonreíamos, él me decía, por fin después de 6 años que aun que ya vivíamos juntos, el casarnos era como un sueño para los dos, terminamos de bailar el vals y siguió el de los billetes, en mi familia es como una tradición. Terminamos y seguimos con la víbora de la mar de las mujeres, se hizo una fila larguísima, afortunadamente nadie se cayó. Vino el aventar el ramo, yo creía que le caería a alguna amiga, pero no, le cayó a una tía de Ramón y fue super chistoso porque lo avente tan fuerte que salió disparado en medio de todas y ellas que estaba hasta atrás le cayó de la nada. Después vino la víbora de la mar de los hombres, estos un poquito más toscos, pero todos super agarrados el uno al otro. Llegó el momento de la liga y nadie la quería agarrar todos se hacían a un lado hasta que le cayó a uno, fue un momento muy divertido. Empezamos a cenar, para amenizar estuvo tocando un saxofón muy bonito, por cierto, a una de mis hijas le encanta la música del saxofón, volteaba a ver a la gente y la veía contenta riendo, sentí que mi felicidad era su felicidad. En nuestra mesa teníamos fotos de mi mamá, de los papás de él y de uno de sus hermanos que desde el cielo sabemos estaban festejando con nosotros, terminamos de cenar y nos paramos a saludar mesa por mesa. Cuando terminamos pasaron un video clip con fotos desde que iniciamos a la fecha y sí que hemos cambiado. Terminó y empezó la música, me quedé impresionada cuando la pista se llenó, todos baile y baile hasta los niños, mis hijas encantadas, entre la foto cabina, el baile, las primas. Fue transcurriendo el tiempo y salieron varias botargas, y lo que nunca hago porque no sé bailar el payaso de rodeo, pero ahí andaba ya para ese momento ya nos habíamos relajado y ya traíamos una bebidita en la mano. Ya casi era la hora de que nuestro sueño terminara así que nos pusieron unas canciones que nos gustan mucho, empezamos a bailar otra vez los dos y fue cuando se me empezaron a rodar las lágrimas al voltear a la mesa y ver la foto de mi mamá, de la nada salió mi papá con un pañuelo para que me secara las lágrimas. Nos dieron unos minutos para poder dar unas palabras en el micrófono. Agradecimos a todos por acompañarnos en un momento tan especial para nosotros, por todo el apoyo y el cariño que nos brindaron. Poco a poco se iban despidiendo hasta que llegó el momento de también nosotros partir, fue una noche que jamás olvidaré en donde me divertí como nunca, en donde un sueño se había hecho realidad y con ello habíamos recibido miles de muestras de amor, no existen palabras para describir eso que vivimos, eso que sentimos y eso que nos llevamos para siempre en nuestra mente y corazón.
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