La boda de Raúl y Laura en Cuautitlán Izcalli, Estado México

Bueno, pues les platico dos meses antes de mi boda todas las noches soñaba con algo referente al evento tan importante y esperado, pero no eran sueños lindos sino sueños que me ayudaban a estresarme más por ejemplo no llegaba la peinadora, no tenía quien me maquillara, no tenía quien me ayudara a vestir, incluso llegué a soñar que no tenía ni siquiera en dónde vestirme, soñaba que se me hacía tarde o que se le hacía tarde a mi ahora esposo, en fin yo decía que no estaba nerviosa. El día martes antes de mi boda amanecí con un dolor de cuello y de espalda horrible, tan fuerte que no fui a trabajar, obvio me dijeron: estás estresada.

Bueno, llegó el gran día, no me sentía nada nerviosa, al contrario super emocionada. Mi mejor amiga y dama de honor llegó puntualita a las 9am y mi peinadora 9:30, les platico que yo me maquillé solita ya que fui a una prueba de maquillaje y peinado a un salon según muy bueno y fue lo mas horrible que puedan imaginar. Ya les platicaré todo detalle de esa mala experiencia, así que decidí hacerlo yo misma. Ok, terminaron de peinarme, me maquillé mientras peinaban a mi amiga, cuando me di cuenta eran 12:30 pm y tenía que estar 1:30 en el Jardín, mi mamá que supuestamente me iba a ayudar a vestir no llegaba. Bueno, llegó a la 1:00 pm en puntito, rapidito me ayudó a vestir y bueno en 10 minutitos yo ya estaba lista.

Le llamé a mi entonces novio y ahora esposo para darnos el último beso de novios y para esto le vendaron sus ojitos para que no me viera antes de la ceremonia, me prometí no llorar pero obvio no pude evitarlo.

Llegó la hora de irnos, él se tenóa que ir primero pero aún le faltaban unos detallitos así que se encerró en la cocina para no ver cuando yo saliera. Mi papá me tenía que llevar al jardín, ¿saben lo que eso significaba? ¡exacto! más lágrimas, nuevamente dije: no quiero llorar, no voy a llorar, pero en cuanto nos vimos fue un llanto incontrolable, me dijo que estaba muy feliz y que me veía hermosa, amo a mi papi.

Nos fuimos, llegamos y pues mi esposito aún no llegaba, ya estaba el juez, ya estaban los invitados, llegué yo y mi amorcito aún no. Ok...tranquila ya no tarda pensé. Efectivamente llegó a los 5 minutos y entró a la finca y por fin llegó el momento. Jamás olvidaré su carita en cuanto me vio, al verlo yo queria correr, abrazarlo y besarlo, pero aún faltaba un poquito para hacerlo.

Caminé del brazo de mi mamá y mi papá para que me entregaran y cuando me tomó de la mano me dijo: qué bonita te vez. Aún me gana la emocion cuando lo recuerdo.

Y por fin llegó el momento de decir "sí, acepto", me sentí la mujer más feliz del mundo. Después de la ceremonia civil hicimos el ritual de la arena y después le di una sorpresa a mi marido: le canté nuestra canción. Fue un momento muy emotivo, casi todo mundo estaba llorando, todavía cuando recuerdo su mirada cuando me veía mientras yo le cantaba, me gana la emoción y quiero llorar fue un día maravilloso el mejor día de nuestras vidas.

Estábamos felices, el día más esperado por los dos, por fin había llegado, ahora eramos marido y mujer y pues ahora a disfrutar, a divertirno y festejar nuestro día.

Llegó el momento de aventar el ramo, de qué me quitara la liga y la Víbora de la Mar, nos divertimos muchísimo, a él no le gusta bailar, de hecho no sabe bailar, pero hizo todo lo posible por que yo estuviera contenta y bailó conmigo en todo momento, toda su familia (ahora tambien mía) dice que nunca lo habían visto tan feliz, tan contento y agradezco a Dios que haya puesto este hombre tan maravilloso en mi camino porque me hace la mujer más feliz sobre la tierra.