La boda de Raymundo y Karina en Guadalajara, Jalisco

El momento llegó, la corte se puso en su lugar y yo al final de la fila con mi hermano a un lado, quien sería el encargado de entregarme a mi ahora esposo. Seguro se dio cuenta de mi nerviosismo porque cuando empezamos a caminar por el pasillo me empezó a hacer reír contándome los pasos como si estuviéramos bailando un vals. El fotógrafo tomo una foto de ese momento, es de mis fotos favoritas de ese día. Por fin llegué al final del pasillo, y me encontré con mi novio. Todo fue una mezcla de sentimientos muy extraña, felicidad, nervios, sorpresa, complicidad. Me sentí como una niña jugando. La ceremonia comenzó. La verdad no me acuerdo de casi nada, porque estaba muy nerviosa, pero mi esposo siempre me estuvo tomando de la mano haciéndome saber que en ese momento lo único que importaba era que estábamos juntos.

La verdad, la ceremonia religiosa fue la ceremonia de mis sueños. Todas las personas más importantes para mi estuvieron ahí, excepto una de mis damas, quien no puedo lograr llegar a la ceremonia por resolver complicaciones en el lugar del evento, lo cual siempre le agradeceré.

Mis suegros se encargaron de contratar a los músicos de la misa quienes estuvieron excelentes y lograron que mi boda fuera lo que siempre quise.

Ya con mi esposo, nos subimos al auto camino a la Hacienda. Comenzó a llover de nuevo, pero ya no importaba, lo importante es que él estaba ahí a mi lado. Bromeamos todo el camino a la Hacienda y llegamos muy contentos al lugar. Nuestros amigos y familiares nos recibieron con bengalas y comenzó la velada. La música estuvo a cargo de Agente Doppler quienes tocaron Jazz Manouge durante la cena.

El momento del vals llegó, "The way you look Tonight" de Michael Buble sonaba mientras mi esposo y yo eramos protagonistas de nuestro primer baile. Todos se reían de nosotros porque la verdad somos malísimos para bailar y si a eso le sumamos la dificultad del vestido. Después de nuestro baile, nuestro amigo RAWL, una botarga de tiranosaurio Rex se encargó de abrir la pista a la que se unieron nuestros familiares y amigos. La noche se fue rapidísimo, tantos meses de planeación para que el tiempo se te vaya entre las manos como agua, pero sin duda es un día que nunca olvidaré.

No les voy a mentir, muchas cosas ese día salieron fuera de lo planeado y estoy segura que a todas las novias les pasa, sin embargo, no dejé que ninguna situación opacara uno de los días más importantes de mi vida, pues al final, me fui a casa con mi esposo, esa persona que ha sido mi mejor amigo desde hace 7 años y con quien comparto este viaje llamado vida desde ese día.