La boda de Salvador y Taurina en Lerdo, Durango

Al llegar al bonito atrio de la iglesia y ver a mis familiares y familiares de mi muy futuro esposo las mariposas del estomago empezaron a hacer de las suyas y a revolotearse por todos lados, muy similar a aquella primera cita en el estadio TSM, cuando por primera vez tomé esa mano que sería la mano que tomaría por el resto de mi vida. Caminando hacía el altar no podía ver nada mas que el rostro del amor de mi vida viendo fijamente a los ojos con sus ojitos tan cristalinos, estaba tan guapo, tan formal, tan elegante, es un total rey en la vida real. Sentí una emoción inexplicable. La misa fue de lo mas bonita y emotiva, mis suegros llorando de la felicidad, mi mamá al lado de la foto de mi papá tan sonrientes como siempre, los familiares y amigos tan conmovidos y felices de ver que nuestra historia de amor se estaba convirtiendo en un para siempre.

Al salir de la ceremonia religiosa nos trasladamos al registro civil para hacerlo ahora también por las leyes del hombre, fue algo corto pero significativo. Gracias a Dios y la vida que el tema del Covid estaba algo tranquilo y el estado de Durango en semáforo verde, pude hacer un poco mas amplia mi lista de invitados. ¡Asistieron todos! La hacienda estaba hermosa, el evento fue dentro de un salón pero afuera tenía un gran y hermoso jardín con alberca. La floristería de ensueño, todo en color blanco. La cena estuvo deliciosa. Nuestros vals y un video sorpresa pusieron a llorar a mas de uno de igual manera que lo hizo la persona que dio las palabras del brindis, todo era tan perfecto, tan correcto. El pastel que apenas probé era demasiado estético y lo mejor ¡tenía un sabor exquisito! Nuez y piña, lo recomiendo ampliamente.

¡El baile y la diversión fue lo mejor! Se respiraba un ambiente tan de paz, todos divirtiéndose tan felices (tomando en cuenta que la mayoría por cuestiones de la pandemia tenían meses e incluso un año sin salir a un evento). Mi ahora esposo y yo disfrutando entre nuestra gente querida y recordando a los que físicamente no pudimos ver pero que sentimos su gran presencia. Comimos, lloramos, bailamos, cantamos, tomamos un poco je, je, je, show sorpresa, etc.

Fue magnífica la diversión. Hubo un momento que solo me senté a contemplar el momento y no pude estar mas agradecida con Dios por todo lo que me dio; una hermosa familia, unos amigos leales, un ser extraordinario y gran humano como compañero de vida, el don del amor y como regalo extra un sueño cumplido. Me sentía tan plena y feliz, fue mucho mas de todo lo que pensé. Sin duda alguna, fue el día mas feliz de mi vida.