La boda de Saúl y Gemma en Monterrey, Nuevo León

La crónica de nuestra boda

Después de más de diez años juntos, decidimos formalizar nuestra unión. Por temas de Covid limitamos el evento a 30 personas, con los familiares más cercanos y nuestros testigos. Se organizó en 4 meses, donde, afortunadamente, conseguimos lo necesario.

El día inició con contratiempos, como siempre los hay. El arreglo del carro se demoró porque hubo un percance vial en el local donde lo harían. Sin embargo, nos cumplieron.

La ceremonia civil estuvo muy bonita, se sentía mucho amor en el ambiente, mi ahora esposo se veía espectacular, nos reímos mucho.

Hubo una serie de demoras en el salón, pero eso no opacó la alegría del momento.

Al ser un evento en la tarde, sentimos que todavía nos quedaría pila y organizamos una torna boda donde invitamos a más personas y bailamos mucho. Sobra decir que, días después, nos dolían los pies de tanto baile.

Decimos que "la fiesta se nos salió de las manos" porque llegó más gente de la que esperábamos. La comida voló y el ambiente fue grandioso.