La boda de Saúl y Johana en Tecpatán, Chiapas

Pero eso no era todo, la chava que me peinaría se enfermó justo ese día y me cancela, por Dios, ¿y ahora?

Rapidamente pensé en un amiguito que es estilista, fui rápido a buscarlo y a decirle que me peinara que me habia olvidado de avisarle y pues me dijo que no podría salir de la estética pero que ahí me peinaría.

Pues por algo pasan las cosas, ya que el peinado me agradó más como me lo hizo él y no la chava cuando me hizo la prueba.

Me diriji a mi casa a peinarme y pues yo misma me maquillé por que la verdad tengo mala suerte con las que me pintan, pues me dejan irreconocible y considero que para ese momento tienes que ser tú misma y conservar tu rostro.

Mis hermanas y sobrinas me ayudaron a cambiarme, me colocaron el velo y al verme arreglada empezarona llorar pues soy la última hermana y la primera en casarme, pues los sentimientos a flor de piel, sinceramente no querían que me casara, y no por egoismos sino por que no quieren que me vaya mal y mucho menos que sufra pues ellas han pasado por procesos dificiles, y otra por que nos separaríamos.

Pero en fin, me deseron lo mejor y nos abrazamos.

Mis padrinos de boda me sacaron de casa y nos dirijimos al salón, ahí entré en compañia de mis padres, para eso Saul me estaba esperando al fondo.

No sé como explicar ese sentimiento. Me sentía feliz, orgullosa, nerviosa, con todos los sentimientos.

Él feliz sonriendo, mi papá me entregó y nos dio la bendición y nos dirigimos a nuestra mesa, ahí se realizaría la ceremonia civil, leyeron todo el protocolo, nuestros padrinos de anillos nos los entregaron, los intercambiamos pero en vez de decir lo que comunmente se dice Saul, me dijo unas palabras tan bellas que recordaré siempre, pues más allá de ser un simbolo eso se lleva en el corazón y en el pensamiento.

El brindis lo realizó un primo hermano, casi nos hace llorar, pues él me vio desde chica y compartir ese momento con él y que sea parte, es algo inigualable.

Ahora si, la familia Dominguez Marquez.

El vals llegó y elegimos una canción de Axel. Una melodía que la letra lo dice todo, más que bello sentimiento.

Y que decir del baile del ramo y del novio, creo que no comimos bien por que ninguno de los dos tiraba (bueno yo el ramo y él la liga) las cosas con fuerza.

La melodía del saxofon enamora.

Las felicitaciones y los buenos deseos no se dejaron esperar, era una fila tremenda para desearnos los mejor y toda la felicidad. Y los juegos artificiles, una escena para admirar y darle un toque especial a la noche, sin olvidar la cena que estuvo super rica y más por que la hizo mi mamá, ella hizo la mejor barbacoa, y no podia faltar el pastel de bodas y la foto del recuerdo.

Más que una gran fiesta era convivir y compartir con la familia este gran momento el cual sin duda nunca olvidaremos.

Hoy por hoy veo estas fotos y me hace feliz. Llevo dos meses de casada y puedo decirles que soy la mujer más feliz de esta tierra y más por que sé que tengo a un gran hombre a mi lado.