La boda de Tadeo y Karla en Tlaxcala, Tlaxcala

Comenzaron a maquillarme pero el pobre estilista no terminaba con la fila de familia, no podía comenzar a peinarme así que no se si lo estaba poniendo nervioso, me pidió que me relajara, que comiera algo que diera una vuelta y regresara.

Después de una hora llegó mi turno me comenzó a peinar me sentí más tranquila al fin y al cabo ya estaba en tiempo todo listo, según llegaría a las 3 el fotógrafo así que estaba justo para cambiarme y comenzar la sesión de fotos familiar, el estilista terminó las damas llegaron histéricas que les habían quedado mal con el peinado y a esa hora mi pobre estilista termino su trabajo con ellas dos, debo decir que tuvo bastante paciencia.

3 pm el fotógrafo no llega y el chofer pasa por mí a las 4, comienzo a estresarme otra vez, 3:30 va llegando el fotógrafo disculpando su retraso con mil excusas y yo hecha un energúmeno por que había llegado el chofer, hay Dios que estrés, pero comenzaron las fotos y yo rígida como palo asustada y nerviosa que ni una ligera sonrisa se asomaba por mi rostro, tenía más cara de pánico que de felicidad; pero respire mi acordé que era el día que esperé toda mi vida y comencé a relajarme y comenzaron las fotos a lucir mejor.

Subo al coche con dos damas acompañándome íbamos cantando en el trayecto y acordándonos desde cuando nos conocíamos, me sentí tan bendecida y tan feliz de que después de tantos años de amistad ahí estaban, compartiendo los momentos más felices de mi vida.

Llego a la iglesia un trayecto muy largo de caminar ya que la iglesia está protegida por el INAH por ser patrimonio cultural, bueno el coche me dejó lo más cerca que pudo, vi a lo lejos al novio nervioso y su mama tapándole los ojos para que no me viera hasta el altar, fue una cómica escena, todos mis amigos, familiares, compañeros de trabajo, mis damas todos vueltos locos.

Llegué y una de mis damas no fue del color que era, casi muero cuando la vi pero no dejé que eso me turbara era lo de menos, allá ella si quería hacer el oso, opté por simplemente ignorar el suceso y centrarme a ver los detalles de la iglesia y cada uno de los adornos de la entrada. Ya estaba ahí esperando al padre en la puerta ya estaba relajada no paraba de reírme y de ver cada objeto para guardarla mentalmente para siempre.

Después de un rato el padre no llega ¿qué acaso era el día de lleguen tarde todos? 20 minutos tarde ya ni yo que era la novia me había hecho del rogar pero finalmente llegó el padre me dio la bendición y comenzó la marcha nupcial, jamás sentí que el tiempo pasara tan lento como la entrada al altar sentía que no avanzaba aun cuando caminaba relativamente rápido, sus miradas fijas en mi todos sonriendo algunos tomando fotos, algunos viboreando, pero al final era mi día, mi día, el que tanto estuve esperando.

Llegué al altar ahí estaba mi príncipe azul (bueno rojo) esperándome con esa sonrisa tan tierna en su rostro, tomó mi mano y comenzó la misa, fue todo tan rápido por un momento no supe que pasó tardé en asimilar tanta emoción, el coro cantaba como ángeles en la iglesia, todo iluminado con velas y rosas. Maravillosa escena queda guardada en mi corazón.

Nos declaran marido y mujer y abracé a mi esposo y casi lloro, me aguanté pero sentí una felicidad que no podría explicar con palabras.

Comenzamos las fotos, los recuerdos y salimos de la iglesia.

Nos esperaba un mar de aplausos y muchos abrazos acompañadas de sonrisas, mariposas que volaban a nuestro alrededor quedándose en los arboles más cercanos, llevando nuestros deseos y mensajes a Dios.

No supe cómo pasó el tiempo todo fue tan hermoso, siguió la fiesta. No paramos de bailar, éramos dos niños en una fiesta infantil diseñada para nosotros; bailábamos, brincábamos, reíamos, cantábamos, nadie iba a arruinar aquel momento tan hermoso.

Recordar todo eso me hace sentir una emoción muy grande, recordar es volver a vivirlo con esa misma emoción y con esa misma intensidad y estoy agradecida de poder llevarlo en mi corazón.