La boda de Tobías y Larissa en Tulum, Quintana Roo

La crónica de nuestra boda

¡Fue tal y como la imaginé! Bueno, casi, pero de igual manera me en encantó. Siempre supe que quería casarme frente al mar, con la arena entre mis pies y un paisaje natural de fondo, por lo que Tulum fue el lugar elegido.

Fue una boda pequeña, poco más de 60 invitados, pero fue perfecto y aun así no tuve tiempo de convivir con todos ellos y decirles lo feliz que estaba de que estuvieran ahí con nosotros.

No todo salió como esperaba, pero puedo decir que salió bien. Entre los detalles es que las mesas no me las acomodaron como yo esperaba y nuestros papás estuvieron donde no debían; habíamos pedido menú familiar y lo dieron tipo taquiza, donde uno se tiene que parar por su cena. El café, bueno, ni que decir. Pagamos un montón de dinero para que sirvieran 3 o 4 tazas a los que lo pedían, pero vaya, que no hay boda sin contratiempos o eventos inesperados.

El momento que más imaginé fue el verlo esperando por mí frente al gazebo (lo que fue básicamente nuestro altar). Seguí la tradición de no vernos hasta la ceremonia. ¡Dios! Me temblaban las piernas al ir del brazo con mi papá mientras lo veía en la distancia. Fue de los momentos más emotivos.