La boda de Victor y Janet en Puebla, Puebla

Mucha gente que prometió ayudar se echó para atrás, no pudimos tomarnos fotos con la mitad de los invitados, ya que no tuvimos tiempo de nada, casi no hablamos con algunos familiares por la misma razón. Hubo gente que se fue muy temprano debido a todo el relajo que había y que poco sabían por todo lo que habíamos pasado para lograr llegar a ese momento, así que inclusive hubo gente que nos dejó la comida.

Cabe recalcar que sufro de depresión funcional y ansiedad, en ocasiones me dan ataques de pánico y son espantosos, así que ya se imaginarán como estaba ese día desde que todo comenzó y el trasporte para llevar los insumos al salón no llego.

Así como todo parecía derrumbarse y yo ya no quería continuar con la fiesta, de igual forma hubo amigos y familia que no les importó servir mesas, ir por la comida y cargar las ollas, conseguir camioneta para acarrear las cosas, decorar el salón, incluso ir por mí cuando el carro que me recogería aviso 10 min. tarde que no llegaría.

De entre todo el caos hubo personas que no dejaron que todo se cayera, se subieron las mangas y no tuvieron pesar en ayudarnos. A ellos les estoy y estaré eternamente agradecida, ya que demostraron lo mucho que nos aprecian y lo feliz que estaban de estar acompañándonos ese día.

De entre ellos mi esposo, que durante estos 10 años que llevamos viviendo juntos ha sabido regresarme la paz y tranquilizarme cuando los ataques de pánico llegan y la ansiedad se apoderan de mí, o incluso cuando he tenido recaídas emocionales. Y por supuesto que ese día no fue la excepción, yo estaba al borde de las lágrimas y pude ver que él también, pero pasó saliva, me abrazo y simplemente dijo, es nuestro día y lo vamos a disfrutar.

Estuvo al igual que yo todo el día corriendo sin echarse para atrás y sin perder la tranquilidad que lo caracteriza. No cabe duda que supimos escoger a nuestros amigos y sobre todo que supe escoger a mi compañero de vida.

Por su puesto que cambiaría muchas cosas de ese día, hay tanto que haría diferente, pero algo que nunca cambiaría es la elección que hice con él, porque aunque solo pudimos bailar dos piezas juntos, en esos momentos todo era tan perfecto teniéndolo a él ahí conmigo.

No fue el mejor día de mi vida, por el contrario creo que fue uno de los peores, pero yo a él, le daria el "si" una y mil veces más.