La boda de Zabdi y Leslie en Culiacán, Sinaloa

La crónica de nuestra boda

El día de nuestra boda ya teníamos casi todo listo, varias amistades y familiares nos ayudaron con los últimos detalles de la decoración, para no estresarnos ese día. Mi esposo fue temprano al lugar donde se iba a realizar la boda, para verificar que todo estuviera listo a tiempo, mientras las mujeres de la familia y yo fuimos al salón de belleza.

Nuestra boda fue en una hermosa hacienda a las afueras de la ciudad, allí mismo se llevaron a cabo la ceremonia religiosa y la recepción. Los propietarios de la hacienda nos prestaron una recámara para que pudiéramos terminar de arreglarnos, así que llegué antes de la hora de la ceremonia con mi mamá, mis damas y la modista que diseñó y confeccionó mi vestido. Ponerme mi vestido de novia fue una experiencia muy emotiva, llena de lágrimas y risas. Allí tuvimos una sesión de fotos que disfrutamos mucho también.

La ceremonia religiosa comenzó más tarde de lo planeado, los invitados ya se encontraban ubicados en el jardín de la hacienda. Mientras el músico tocaba en el piano el famoso Canon en D de Pachelbel entró el cortejo y con la marcha nupcial hice mi aparición de la mano de mi padre. Al caminar hacia el altar me sentía tan emocionada y nerviosa al mismo tiempo, que no podía dejar de sonreír con la mirada fija en los ojos de mi amado. Al tomarnos de las manos y estando frente a frente los dos soltamos algunas lágrimas de alegría; era, sin duda, el mejor momento de nuestras vidas. Escuchamos un lindo sermón nupcial de parte del pastor, que había sido nuestro cupido desde el principio.