Luna de miel en Bélgica

Una de las primeras cosas que vienen a la mente cuando se llega a Bélgica es que se ha viajado también en el tiempo. La arquitectura y los paisajes de este país parecen sacados de otras épocas creando un ambiente romántico, encantado y convirtiéndolo en una opción imperdible para una luna de miel. Presten atención a estos lugares que no se querrán perder. 

Bruselas. La capital de Bélgica los invita a visitar la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, la Plaza Mayor y por supuesto el característico Atomium. Esta es una ciudad que vale la pena, sólo caminar por el hermoso centro histórico para enamorarse, y probar sus deliciosos chocolates, los mejillones y la tradicional cerveza belga. Un recorrido perfecto para separar un día de la luna de miel. 

Brujas. Una de las ciudades más románticas del mundo. Sus construcciones antiguas y canales navegables harán de su recorrido por este lugar un momento mágico e inolvidable. Uno de los planes que no se pueden perder es hacer un recorrido por sus principales iglesias, la plaza del mercado y la plaza Burg. Cada uno de sus lugares encantados están tan cerca como para ir caminando sin miedo a perderse en los rincones de este pintoresco lugar. 

Otros lugares que no querrán perder son Lovaina, Gante y Amberes y Malinas. Existen diferentes maneras de viajar dentro de Bélgica, pero lo mejor será utilizar sus maravillosos trenes. Así podrán recorrer fácilmente diferentes ciudades y disfrutar de los paisajes que las rodean.